Londres fue sólo un camino


Para Ánuar

"Éstas son las mismas calles familiares, pero hoy no las recorre hacia sino que las cruza a través: ha entrado en el reino de las despedidas, de lo irrevocable, del privilegio de las últimas miradas que muy pronto se registran como recuerdos; de la expectación. Cada calle, cada esquina ruidosa emite un mensaje: el ya, el pronto será. Él va a la deriva entre el deseo de mirar, como para grabar las cosas en su mente, y la inclinación a confinar sus sentidos en el frío carruaje, considerarse (como es en verdad) ya ido."


Te sientas en un café y después de muchas horas te percatas de que eres el adolescente que soñaba estar en un escenario.
Grunge. Amplificadores y pedales de distorsión. En la calle un grupo de niñas gritan que están hartas del ruido, de diario soportar las cinco horas de ensayo.


Las avenidas y los callejones que más doleran son los que hemos recorrido deprisa, los que guardan edificios de los que apenas cruzamos el umbral.


Actualmente escribimos en los blogs siguiendo el método del Andrei. La fragmentación. Posible alcanzar el post perfecto: el que dejará la sensación de inacabado, de esbozo, de mancha, de montón de palabras que forman hilos. En la otra escritura cada quién escarba en su territorio o eso es lo que me gustaría pensar.
Indago en los párrafos de Sontag.


La mejor fotografía de ayer fue la de dos hombres en una esquina: uno impaciente, el otro con una media sonrisa.

1 comentario:

Natalia González Gottdiener dijo...

Y empiezan las costas que indagarán la mar..., navegaciones desde tierra con un hilo delgado, como el filo del agua...

Elefante
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costasinmarcostasinmar