harás que la garganta engendre alacranes de viento
que en las vértebras crezcan limaduras de estaño
que el paladar sea nido de perdices
harás que mis rodillas sean el pedrerío de la playa
que mis brazos tengan el sonido de los columpios depués de la bruma
que mis pezones huelan como almendras en un frasco
harás de mi aire cangrejos amarillos
de mi bilis tordos más obscuros que el aceite
1 comentario:
qué preciosidad!
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