Carlos, Adriana y Jorge


Ayer observé las fotografías de un hombre y una mujer con los que no tengo contacto desde hace trece años: imágenes de una fiesta, sonríen, bailan, actúan la felicidad.


Desde hace tres años dos personajes, que de algún modo, son ese hombre y esa mujer, viven en mi mente y en los párrafos que escribo.


En mi cabeza se enfrentan estas cuatro personas: los primeros, los que ahora cumplen más de treinta años, se notan extraviados y profundamente jodidos. Los segundos resplandecen, son lo que nos planteamos en la juventud.

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Imagina la última reunión de los Avengers, una fiesta donde Wolverine, Iron Fist, Ronin y Spider-Man apenas se toleran. Han sido buenos tiempos. Hubo aventuras y batallas. Están en un viejo bar de Nueva York. Cada uno de ellos es el héroe que pudo ser.

Ahora imagina una reunión trece años después: ninguno a execpción de Wolverine siguió peleando. Cada uno tiene familia y un empleo, auto y seguridad. Mientras hablan aparecen los nombres de los nuevos vengadores en los que confían. Han dejado sus trajes y sus cuerpos, más que una velada de súper héroes, una velada de súperpendejos.

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¿Cómo me recordarán ese hombre y esa mujer? ¿Seré el muchacho que carecía de miedo y que tenía una frase ingeniosa cada tanto?

No busco el tiempo perdido ni deseo recuperarlo. Sólo planteo una de las posibilidades que decidimos no tomar, uno de los senderos que se bifurcan.

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Hay una saga en la que Mysterio engaña a Wolverine. Le hace creer que una horda de villanos invade la mansión de Charles. Logan después de luchar durante horas los mata. Mysterio termina con la ilusión: Wolverine eliminó a los X-men.

Desaparecer de los compañeros de juventud, huir de ellos. Sólo tener su imagen en la mente.

Al final de la saga, Wolverine narra cómo vagó durante meses. En algún momento encontró unas vías de tren, se recostó en ellas. Su interlocutor, dice que eso no logró matarlo. Lo sé, responde, pero nunca he sentido tanto dolor.

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Recuperar el cuerpo del muchacho de 16 años, su fuerza.
Contestarle que soy fiel a uno sólo de sus sueños, que nunca soltaré esa pequeña orilla: la escritura.

9 comentarios:

Débora Hadaza dijo...

esa es la cosa, no soltar al menos uno de los sueños...

por cierto viste los vigilantes? a eso se parece tu post, no a los X-men

ahh por cierto de los vigilantes todos son un asco menos el más asqueroso

Anónimo dijo...

MMMMM SI LOS SUPER PENDEJOS, MEJOR DICHO EL SUPER PENDEJO

Gloria dijo...

Para el anónimo:

Creo que es más pendejo el que dedica el tiempo a leer blogs de qente talentosa (a ver si aprende)a la que considera pend.....

Anónimo dijo...

que cosa en quente?

Anónimo dijo...

más pendejo él que defiende a los pendejos
Además él lo dijo

Anemonas y Medusas dijo...

Será que buscas algun Mysterio, alguna soledad obligada, alguna pulsión tan aguda como el coraje de los 16 años?

"Sentirse tán lejos .Saberse que no quieres llegar"

cuándo hermano, cuándo

tu post me hizo llorar . . .

Gloria dijo...

Gracias por decirme pendeja, si es porque me gusta este blog y lo leo, perfecto. Estoy más allá de tus comentarios y para tu información no defiendo a nadie.
¿Tu no te puedes defender?.
Creo que no, por eso te ocultas tras el anonimato, no tienes valor para poner tu nombre.
De todas maneras ya sabemos que eres PENDEJO anónimo.
Y digas lo que digas (será por ardido) no hay replica, mi tiempo es valioso.

Anónimo dijo...

te defiende tu mami?

Anemonas y Medusas dijo...

Wey . . no mames, tuve que regresar a este POST . . . esta muy , muy cabron . . .

AÑOS LUZ

Elefante
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costasinmarcostasinmar