Amenemhat


¿Te cansas de esto, Batman?
¿De tu elegancia, del lloriqueo por tu novia perdida?

Esperas que el teléfono suene,
que tus hermanos mueran repentinos,
que la oficina estalle
(Quiero decir ese gran reflector encendido de pronto).

Te paseas por el cuarto.
La máscara te asfixia.

En la pantalla aparecen tus enemigos:
esos que has vestido extravagantes
y has dotado con pequeños poderes.

Piensas que son una mierda al enfrentarte.
Que cualquier situación ajena al guión también lo es.

¿Te cansas del recuadro blanco que es tu vida, Batman?
¿Te gustaría dar una moneda falsa a un mendigo,
tocar los sesenta y cuatro timbres de un edificio,
orinar desde los puentes peatonales?

Nadie llama.
Crees estar en una cárcel de un país lejano.

Tocan la puerta.
Tu madre pregunta si dejarás encendido el televisor por más tiempo.

5 comentarios:

Jorge Sosa dijo...

Cuando quieras un abrazo, nada más llámame, pussy. Donde quieras, cuando quieras. Beso.

dèbora hadaza dijo...

rayos... tengo que pensarlo

Anónimo dijo...

jajaja pussy, pues ahora sólo te falta llamar.

Anónimo dijo...

ándele traidor, no se esconda en Tánger y conteste como hombrecito, ¿o qué, a poco se le arruga?

besos, pussy.

Abraham Villegas dijo...

"¿Te cansas del recuadro blanco que es tu vida, Batman?¿Te gustaría dar una moneda falsa a un mendigo,tocar los sesenta y cuatro timbres de un edificio,orinar desde los puentes peatonales?"

Yo creo que por supuesto que le gustaria. ¿Qué lo detiene? sus amigos extravagantes fuera del cuadro. Cuando ya no existan... entonces que los mendigos, los inquilinos y los barcos o automovilistas se encomienden a Dios.

Elefante
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costasinmarcostasinmar