Decidieron ser normales. Separarse. Enamorarse de otros.


Hubo un tiempo en que fue tu cuerpo y mi cuerpo.

Nuestro sudor, nuestros olores, nuestra espalda en las sábanas mirando la ventana sin cortinas del departamento.


Al despertar eras tú.

Al leer cualquier libro eras tú.

Por eso no apareces en nada de lo que escribía en ese tiempo: todo era un retrato tuyo, todo era parte del diálogo contigo.


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Te imagino sentada en el suelo.

Con el televisor encendido: una película francesa sin subtítulos y sin sonido.

Escuchas el refrigerador, los pasos de los habitantes del departamento de arriba.

Te levantas.

Tomas del escritorio de nuestro hijo un gis de color café.

En la pared escribes: for a minute there, I lost myself.


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Hace unos meses (quince) me contaste que en una fiesta te acostaste con un tipo sólo porque en algún momento alguien puso esta canción y él también lloró: My girl, my girl, dont lie to me, tell me where did you sleep last night.


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El primer orgasmo: en el sillón de tu casa, después de un preámbulo largo, únicamente te masturbé.

El último orgasmo: ya embarazada por segunda vez, haciéndote sexo oral, nos abrazamos por más de veinte minutos sin decir nada, también mirábamos una ventana sin cortinas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es para tu anónimo????

Débora Hadaza dijo...

auuuuuu

Elefante
,,
costasinmarcostasinmar