Manolo tenía una obsesión con el celular. Le fascinaba colocarlo entre los dientes delanteros y sentir cómo vibraba.

El asunto comenzó una noche en que al llegar a casa recibió una llamada; entre las bolsas del supermercado, la mochila y las llaves únicamente logró sostenerlo con la boca. A partir de ese momento cada vez que alguien le marcaba, cada vez que se encontraba solo, dirigía el celular a los dientes.

En la oficina cada hora se metía al baño.
En su casa se tumbaba en la cama y permanecía encogido.


Después de siete meses se le aflojaron los incisivos superiores y posteriores. Al año y medio la dentadura era postiza.

Lo internaron en un hospital y después en un manicomio.
Era un paciente dócil. Por lo que el médico tras algunos meses de reclusión le permitió hacerse con un celular. Al principio el médico se intrigó por saber a quién llamaría, pero al no suceder esto, el médico dedicó su sigilo a enfermos de mayor interés.

Manolo deambulaba por los pasillos.
Así pasó sus últimos nueve años.

Al realizar la autopsia descubrieron que el cráneo tenía grietas enormes.

8 comentarios:

dèbora hadaza dijo...

adicciòn a los vibradores, muy buen relato postmoderno, jaja o por lo menos hace 20 años esto no era ni pensable, bien!

Anónimo dijo...

¿Será deborahadaza la fiel y ciega seguidora de este señor con pretenciones de literato?

O apenas se gesta un escritor. Que el tiempo nos de la respuesta.

dèbora hadaza dijo...

anònimo vidrios corales? como llego ahi?

dèbora hadaza dijo...

anònimo: pues quien eres? Garcìa Màrques, Cortazar resucitado, Carlos Fuentes? ¿Volpi?

changos!! pues si no eres Dios no entiendo porque no das tu nombre!!

Siento lo de la ortografìa, no sè donde encontrar el acento correcto... y aunque yo no sea dios creo que puedo decir lo que quiera; y fiel no soy mas que a mi gato, por cierto no tengo.

saludos anònimo!

Anónimo dijo...

"Quisiera ser un enigma para todos y para mi".

¡Echen sus apuestas! ¿Quién soy? o ¿Quién nunca fui? LITERARTOS De quién es la reminiscencia?

costa sin mar dijo...

Yo sólo le pediría autógrafo a Lemebel, Monzó y Vila-Matas. Anónimo si eres uno de esos eres mi héroe.

dèbora hadaza dijo...

pues no se cuales son los otras fotos que tienes en tu oficina, ya sabemos de dos, pero... tal vez el anònimo sea el "vivo"...

o tu crees que no?

Ya no soy yo. dijo...

Cuando sólo las fijaciones pueden hacernos sentir vivos, terminan adueñándose de nosotros... y nuestra obsesión por jamás ser fuera de ellas, se come nuestra existencia.

Elefante
,,
costasinmarcostasinmar