Esa vez me quedé en los arbolitos


- Qué vez?
- Esa, cuando no quisiste que me quedara en tu casa.
- No me acuerdo.
- Estábamos aquí, hará como unos tres meses.
- Y, ¿por qué no me acuerdo?
- Te haces. Cuando llegamos al final de la San Pablo, me abriste.
- ¿Cómo te voy a abrir?
- Pues así, como me abriste.
- Y ¿luego?
- Me puse a esperar.
- ¿Qué?
- A que regresaras.
- ¿Cómo iba a regresar?
- Pues te había dicho que no tenía nada, ni para acercarme a casa de mi prima.
- ¿Por eso te quedaste en el parque?
- Sí, en los arbolitos, frente a la fuente.
- Allí está rerroñoso.

El hombre buscó algo en los bolsillos. Levantó la solapa del saco y empezó a caminar.

1 comentario:

dèbora hadaza dijo...

que manchado no?

parece que estas escribiendo fotografìas...

Elefante
,,
costasinmarcostasinmar