Lo anunciaron como el Cosa sin amar



02 de Diciembre
El médico no me concede más de dos meses de vida. La enfermedad venció. Después de recibir los resultados de los últimos exámenes Daniel envió algunos correos: a María, la madre de Ireneo y a Adriana, como último guiño a mi adolescencia.
Comimos en mi cuarto. Daniel e Ireneo estuvieron callados, no quieren molestarme, dicen. Pero si supieran que ningún ruido puede distraerme del inmenso ruido que se acerca. Tantos años pensando en este momento.
Por la noche cuando Daniel me inyectó me di cuenta de que hoy es el cumpleaños de mi padre. Me arrepentí de quemar las fotografías que conservaba de él. No puedo recuperar del todo su cara.
Debería salir y sentir el aire y el frío, mirar el cuerpo afligido de Daniel.
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13 de Diciembre
La salud no mejora. Más bien debería anotar que no cambia. El dolor no cambia. Por la mañana sólo sentía mis brazos por el dolor de las múltiples inyecciones que recibo.
Ireneo trajo algunos libros a mi cama. Leyó por una hora. Me fatigué demasiado. El cerebro ya no funciona.
Pienso pedirle a Daniel que busquemos una solución más rápida. Hasta para suicidarme pediré ayuda.
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26 de Diciembre
Daniel intenta distraerme: leyó poemas que sabe me conmueven. El médico envió calmantes, les pedí que no me los administraran, no deseo eliminar el ruido.
Después de escribir lo último recordé que cuando mi abuela murió escribí que la muerte tenía el ruido de los árboles. Siempre me equivoqué. Incluso ahora, cuando la muerte esté junto a mí sé que no será estruendosa como ahora la siento.
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3 de Enero
Visita al médico. No dio esperanzas. Me internaron en el hospital. Daniel dice que es por mero trámite. Cada vez escucho su voz más lejana, cada vez escucho más ruido.
No llegaré a los dos meses que había prometido el médio, no cumpliré cuarenta y tres años. Por lo menos terminaré con este cuaderno, para la colección de cuadernos con mi letra en negro. No puedo tragar. Me han conectado a demasiados tubos.
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4 de Enero
Demasiado ruido. Tengo que dictar estas palabras a Ireneo pero ni siquiera alcanzo a escucharlas. Para decirlas tienen que retirarme el respirador. No me puedo mover. Para estas dos líneas hemos tardado casi una hora.
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[Esta fue la última entrada al diario que hizo Jorge Posada. El día seis de enero del 2023 cerca de las nueve de la mañana murió. N. del E.]


............................................................................................foto para Ánuar

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No muy gallito ? Esos poetas como I.C. y bla, bla, bla yo no necesito de lecturas, ni congresos.

El pez por su propia boca muere.

¿2023? No m.... no puede ser antes?

Tu cosita amorosa lividinosa

costa sin mar dijo...

anónimo: neeeeeeeeeaaaaaaaaahhhhhhhh pues a veces muy gallito y a veces muy rabioso y a veces como esos animales que a las dos de la tarde son amarillos
lo de las lecturas es onda del costa sin mar (no sé si él escribe este comment o soy yo)

lo del pez me recordó una canción rebonita de pj harvey

no falta tanto para el 2023
pero si tú quieres ayudar no me opondré

cosita? pues no me has visto de perfil

Anemonas y Medusas dijo...

es de las cosas que mas me han gustado. Creo que esta muy bien realizado . . . me sóno a algo, no sé a qué

Y me gusta la idea del ruido. Muy perra la linea "la muerte tenía el ruido de los árboles" . . .

Yeah!

costa sin mar dijo...

lo que pasa es que un día estuve muerto durante 15 segundos y eso fue lo que oí, igual fue porque me di un ranazo al querer bajarme de una rama

Elefante
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costasinmarcostasinmar