El lunes hubo un concierto. Por momentos fue como esas sesiones de muchachos que forman una banda y consiguen una fiesta: el guitarrista se equivoca y el grupo no termina la canción, tocan furiosamente y cierran con el cover que saben hará que el público grite y baile.
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Este fin de semana comenzó cuando subí a una motocicleta y recorrí una pequeña parte de Insurgentes. El sábado música electrónica en el centro de la ciudad. El domingo a las once de la noche la sensación de estar en un cuarto inmenso en el que curiosamente había otros hombres y algunas mujeres: una línea que habíamos escuchado millones de veces en la soledad de los audífonos: jumped in the river and what did I see? black-eyed angels swimming with me.
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Cinco hombres tocan para mí. Adivinan qué es lo que necesitaba escuchar después de quince años, después de pasar las tardes con un disco durante horas lentísimas, burlándose de mí y al momento intentando una violencia que pensé ya no existía: bodysnatchers.
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48 horas que resumen parte de mi vida y que terminan con una mujer gritando mi nombre a las tres de la mañana.
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Everything in its right place
4 comentarios:
Muy interesante y acertada forma de narra lo sucedido en el concierto de Radiohead, muy bien blog.
saludos
mmmmmm te gustó?
Pobre idiota, seguro la mujer que gritó tu nombre fue tu pinche madre harta de que te masturbes con la piyama puesta
Llegué aquí por una de tus amigas que dijo que la verdad ni eres buen escritor pero te quieres sentir chingón. Te conoce bien.
pásese por mi playa cuando guste. los mejores encuentros nacen de equivocaciones, no cree? estaré en el defectuoso hasta el verano por si gusta acompañarme con un mezcal.
un beso
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