Siete cuarenta y ocho de la mañana.
Busco en la cama el paquete de cigarros.
Desayunar humo.
---
A cinco minutos de mi casa hay una fábrica de perfumes y cosméticos.
Hacía años que no respiraba el olor dulce a duraznos.
Me pongo los audífonos y pienso que cada una de las personas con las que cruzo escucha la misma música.
---
Doce treinta y nueve.
Después de 28 llamadas perdidas logro comunicarme con Alondra Martínez.
Doy una larga explicación de quién soy y de cómo conseguí su número.
Concertamos una cita.
Por tres horas hojeo expedientes.
Nada de interés.
A las tres diecinueve leo un post de Alondra:
"Llegamos a Oaxaca. Deshicimos las maletas [siempre que leo esta frase imagino a un tipo con una hacha dando golpes duros contra ropa, ganchos, cierres] y salimos a caminar. Tomamos un taxi que nos lleva a un pueblo. Caminamos un rato. Desayunamos. Él [se refiere a Armando, su esposo] se robó un libro de la biblioteca pública. Está empeñado en ser Ulises Lima, cosa que me aterra y por otro lado me seduce. Nos sentamos en una banca y dormimos. Quizá tres horas o quizá sólo unos minutos, no estoy segura. Siento que con él estoy dentro de una película, que él quiere que esto sea una película."
Más adelante:
"La película que fuimos ahora no me gusta."
---
Diez treinta y nueve de la noche.
Al estar cerca de arder el filtro del cigarro pienso en una frase que leí durante el día:
En la ciudad está prohibido fumar debido a que a dios le detectaron cáncer.
2 comentarios:
te gusta Xenakis y yo lo amo
ademas eso de ser una pelicula de pronto se vuelve muy denso :(
ahhh y esa pelicula si me gustó
Publicar un comentario