25 de agosto. Parte dos: ciudad sin fotografías


Siete cuarenta y ocho de la mañana.
Busco en la cama el paquete de cigarros.

Desayunar humo.

---

A cinco minutos de mi casa hay una fábrica de perfumes y cosméticos.
Hacía años que no respiraba el olor dulce a duraznos.

Me pongo los audífonos y pienso que cada una de las personas con las que cruzo escucha la misma música.

---

Doce treinta y nueve.
Después de 28 llamadas perdidas logro comunicarme con Alondra Martínez.
Doy una larga explicación de quién soy y de cómo conseguí su número.
Concertamos una cita.

Por tres horas hojeo expedientes.
Nada de interés.

A las tres diecinueve leo un post de Alondra:

"Llegamos a Oaxaca. Deshicimos las maletas [siempre que leo esta frase imagino a un tipo con una hacha dando golpes duros contra ropa, ganchos, cierres] y salimos a caminar. Tomamos un taxi que nos lleva a un pueblo. Caminamos un rato. Desayunamos. Él [se refiere a Armando, su esposo] se robó un libro de la biblioteca pública. Está empeñado en ser Ulises Lima, cosa que me aterra y por otro lado me seduce. Nos sentamos en una banca y dormimos. Quizá tres horas o quizá sólo unos minutos, no estoy segura. Siento que con él estoy dentro de una película, que él quiere que esto sea una película."

Más adelante:

"La película que fuimos ahora no me gusta."


---

Diez treinta y nueve de la noche.

Al estar cerca de arder el filtro del cigarro pienso en una frase que leí durante el día:
En la ciudad está prohibido fumar debido a que a dios le detectaron cáncer.

2 comentarios:

dèbora hadaza dijo...

te gusta Xenakis y yo lo amo

ademas eso de ser una pelicula de pronto se vuelve muy denso :(

Seductor Errante dijo...

ahhh y esa pelicula si me gustó

Elefante
,,
costasinmarcostasinmar