¿Libertad?
¿Para qué? ¿Para quién? Convertimos el mundo en un supermercado. Pasillo diez:
embolias. Pasillo dos: fraternidad. Pasillo cuatro: reservas ecológicas.
Nuestra capacidad de acción es proporcional al poder adquisitivo. ¿Poder?
¿Quién pronuncia esa palabra en este país democrático? La democracia la encuentra junto a los enseres de cocina. A los candidatos y a sus partidos en
Ferretería junto a las cubetas de pintura. La definición de poder es su
ejercicio. Nosotros lo tenemos en nuestra elección de contrato: doce horas de
nuestra médula por ocho mil pesos, catorce meses de nuestras pupilas por un
seguro médico, veintinueve años de nuestro hígado por una hipoteca. ¿Qué hay
detrás de una solicitud de aumento de sueldo? ¿Creemos que el desgaste de nuestras
clavículas merece la posibilidad de pasar una semana en el mar? ¿Que la atrofia
de nuestros intestino debido al estrés laboral amerita un bono quincenal?
¿Nosotros? ¿Pero quién es nosotros? Primera persona del plural. ¿Quién es yo?
¿Primera persona del singular? ¿En el yo caben cada una de las hileras de
personalidades que están en la cabeza? ¿Cada uno de los pasados? ¿De las
posibilidades fotográficas que acumulamos? Para ser un alguien es necesario
poseer: los zapatos, el tiempo de divertirse, un marido. Crear nuestra
identidad gracias a lo que compramos. Convertirse en un consumidor. ¿Somos
seres en las cosas? ¿Seres infinitos con infinita libertad? Sí, en la
circunstancia de contar con una línea de crédito infinita. ¿Esto trastoca a la
ética o a la justicia? Los valores son ahora monetarios. La impunidad se
alcanza con algunas cifras millonarias. Películas
de hombres desollando a miles de mujeres en el norte del territorio, de
derrames petroleros en cada uno de los océanos, diríjase al estante de DVD’s,
con suerte aún alcanza la promoción de 3x2. ¿Nos cumplimos en la marca de
los productos? Sí, en ellas hemos encontrado la razón, la epifanía de la
existencia. La salud, el estado de bienestar se alcanza en el supremo acto de
adquirir. Nos han otorgado aspiraciones publicitarias: Viajes, felicidad,
realización. Sueños para ser comprados. Sueños para delegar. En breve en
nuestro pasaporte crearán un nuevo apartado: Ciudadano de la Zona III, se
alimenta de soylent morado ¿La libertad?
En este momento solo tenemos la
presentación en cápsulas, pregunte directamente en atención al cliente.
Colaboración para días fantasma
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