el alma que sufrió de ser su cuerpo
dibujas tu hígado
el que murió en casa de la abuela
el que se transporta en vagones y mapas luminosos
entras luego de semanas paralíticas
de sillas donde soportas el doble de las vértebras
andas sin hablar
sin cruzar los periódicos
solo en el límite de los autobuses
estás sin el húmero
sin lo elástico del cuello
con la hilera de niños que existen
y los que son un diagnóstico
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