los sábados en el esguince de los once que se alinean
en el hijo y sus catorce horas de desvelo
el día consiste en manejar un espacio
con gente dormida
con dos niños
que no te conocen de nada
y a los que reservas
los bolsillos del pantalón
35 años sin saber dónde te divides
ser uno de los rostros
húmedos
negros
del autobús que se aleja
el marido de una licenciada
a la que golpeas una tarde en el comedor
el moroso que huía de las tarjetas
y que propició la cercanía de un desalojo
en la pared proyecto imágenes tuyas
de la uno a la quince
oyes cómo arreglo los trámites funerarios de la abuela
de la dieciséis a la veinticuatro
el proceso de tu embolia
de la veinticinco a la treinta y dos
lear sexagenario
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