con velas siempre he temido se incendie el cuarto




adolescentes
fotografían sus sombras
en un camino de grava

adultos
protagonizan un culebrón griego
con viaje a las islas y libros de seferis


un septiembre
terrible en el que las imágenes
fueron el hotel convirtiéndose
en un árbol fosforescente


olvidas tu nombre porque nadie lo pronuncia en meses


pierdo las llaves
pero cómo hablar con los vecinos
cómo decirles que colocaré diez mil toneladas de dinamita en sus sobacos
y después suplicarles abran la reja

caminas con alguien que tiene escrito en los brazos
que desearía desaparecer
en el ruido gris de una locomotora




1 comentario:

Anónimo dijo...

ese también es mi temor, arder de noche.

Elefante
,,
costasinmarcostasinmar