zaidenwerg: transatlántico / hijo único / me gusta mi cuerpo / crónica de los días en que no existí


lo veo preguntándole
a uno de sus amigos qué deseo pediría
si encontrara al genio y la lámpara:
el talento para ser músico contesta

miro cómo lee las hojas
que distintas mujeres le envían
y que al final destruye
para carecer de la certeza
de que dichas relaciones ocurrieron

lo descubro en el techo de una cafetería
dibujando estuches de colores
y libretas donde un anciano
lleva la contabilidad de su negocio

lo contemplo antes de entrar a la oficina
con una sola idea en la cabeza:
no ser más un adolescente triste



.
los últimos treinta años fueron buenos
sobre todo para los que ya no respiran
para los que no se miran en un aparador
con los puños abiertos y los zapatos limpios
para los que llegan a casa y su mujer
escucha a duke ellington y nunca ha leído a carver

los últimos treinta años fueron buenos
si no cursaste la secundaria con una pandilla de matones
si a los 16 te corrías en el estacionamiento del gimnasio
si tu madre había muerto o estaba en el exilio

los últimos treinta años fueron buenos
sobretodo para los que tocaron
las vías de los trenes que han desaparecido
de esta ciudad que cada vez se asemeja más
al paisaje de chérnobil o de croacia



.
me gusta mi cuerpo cuando está con tu cuerpo
en un sillón rojo donde los niños
juegan a construir torres con bloques amarillos
en lo alto de la litera
en el patio mientras llueve y tú espías
la ventana de los otros departamentos
,
tu cuerpo a mí me gusta y lo que hace
tu espalda que se tensa
en cada uno de sus huesos
cuando estás arriba de mí
y permaneces lenta hasta que ya no hay aire


a zaidenwerg





1 comentario:

Liquem Nuc dijo...

Putos matones y benditas espaldas arqueadas... son tan acogedoras y tiernas como violentas, una violencia dulce.

Elefante
,,
costasinmarcostasinmar