en el congelador un par de cabezas de perro


los manuscritos no arden
borracho repetías esta frase que escribió un ruso que detestaba el olor de la madera quemándose
nos reuníamos en una cantina de la parte vieja de la ciudad que estaba junto a una iglesia y a unos edificios que hace un siglo fueron despachos gubernamentales y hoy son academias de baile

escribías una novela cuyo protagonista viajaba a europa del este con el fin de comprar afiches en los que apareciera el nombre de slobodan
yo bebía vodka tonic e intentaba recordar una tarde en la que caminé por un llano tenía 14 y ese día me enteré que uno de mis amigos había muerto a su gato en la regadera

años después cuando no salías del departamento
y te obsesionaste con la historia de un bombero que murió al caer en una alberca
yo hablaba con las viejas que encontraba en el metro les mostraba la fotografía del pasaporte de mi padre y les describía el clóset de una aeromoza que conoció en la frontera de macedonia

2 comentarios:

Liquem Nuc dijo...

Joder, socio! Desde luego no nos lo merecemos, no. Este viernes a las tres de la madrugada en Bcn (en lo que torpemente podríamos llamar horario europeo) se va a brindar por ti. La jodienda es que no estarás, pero habrá un vodka tonic... con dos hielos, nunca más de tres.

Borja Criado dijo...

Gracias por la dedicatoria, Señor Costa. Habrá que devolverle pronto el honor.

Hasta pronto.

Elefante
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costasinmarcostasinmar