Una película sobre mis padres.
Su retrato: un melodrama.
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Nunca imaginé mi mundo sin mi esposo.
El matrimonio como una vida ordenada, limpia, saludable.
Enormemente aburrida.
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Recuerdo muy bien a mis hijos de pequeños.
Pero ahora de adultos... no sé quienes son.
No los conozco.
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Llamadas telefónicas a medianoche en las que no se dice nada.
Permanecer los tres minutos que dura la moneda en silencio.
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A los sesenta recibir de parte del médico un diagnóstico de muerte.
Tanto cuidado, tanto ejercicio, tanta prudencia se van a al mierda.
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Pertenezco a una generación que considera a sus padres inamovibles, imperturbables, eternos.
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Uno no tiene tiempo.
El tiempo no existe.
Ya está perdido del todo.
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Al final
(¿del film únicamente?)
colgarse al cuello un letrero
con un nombre y un número telefónico.
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Kirschblüten - Hanami. Doris Dörrie, Alemania-Francia, 2007.
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Pertenezco a una generación que considera a sus padres inamovibles, imperturbables, eternos.
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