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en el patio dejas ramas de árnica
los domingos girábamos alrededor de los ciruelos
y de la falsa memoria de las higueras
aun cuando hicimos malabares en la escalinata de don juan
no dormimos por oír a los sospechosos animales que roen el caucho
y a los vecinos que convertían sus horas en círculos
habíamos muerto y podíamos respirar
y de la falsa memoria de las higueras
aun cuando hicimos malabares en la escalinata de don juan
no dormimos por oír a los sospechosos animales que roen el caucho
y a los vecinos que convertían sus horas en círculos
habíamos muerto y podíamos respirar
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